Las ayudas visuales si bien no pretenden curar la enfermedad que reduce la visión, permiten muchas veces mantener la independencia de la persona, una vida activa, o aprendizaje, potenciando el resto visual. No se realizan milagros, pero muchas veces hay algo por hacer.
Durante el examen se evalúa la visión funcional, y las necesidades y posibilidades de la persona afectada para poder determinar las ayudas que permitirán la rehabilitación del paciente. Se realizarán pruebas con diferentes elementos adecuados a su problemática.
Son lentes especiales que permiten la lectura en algunos casos donde ya no se logra con lentes convencionales de visión cercana.
Las lupas para Baja visión se diferencian de las lupas comunes en su poder - mucho mayor – y en su calidad óptica. Para su adaptación se requiere de pruebas para determinar la más adecuada según su visión.
Ideales para mantener la visión cercana o intermedia sin necesidad de acercar demasiado los objetos.
Similar a una lupa óptica con las funciones adicionales de la electrónica.
Permiten mejorar la visión para actividades como TV, cine, teatro, reconocimiento de rostros, ttransportes y calles.
Son tonalidades especiales para baja visión que buscan mejorar la calidad visual que se encuentra reducida, o disminuir el deslumbramiento provocado por la enfermedad.
Los lentes con prismas pueden permitir la visión lateral cuando se ha comprometido el campo visual, controlar la visión doble y el estrabismo, y eliminar síntomas de cansancio visual.
Muchas ayudas permiten mantener la calidad de vida, seguridad, y autonomía de las personas.